Creo que nunca antes había sentido realmente celos. Nunca me había considerado una persona celosa, hasta ahora. Esa impotencia y odio mezclado con el peor de los sentimientos dirigido a una persona, todo eso es letal para uno. Nocivo. A pesar de eso, yo busco tranquilidad en un sentido puramente egoísta y lo admito con vergüenza.
Sé muy bien que los celos son inseguridades, y sí, soy la persona más insegura del mundo cuando se trata de ella. Todos mis miedos cobran vida propia cuando se trata de ella. Mi mundo se vuelve rojo y no logro ver nada con claridad cuando me encuentro nublada por mi estupidez. El peor enemigo de uno es uno mismo. Lo comprendo.
Estas semanas he tratado de comprender muchas cosas, algunas veces obro bien y otras, simplemente soy humana y me equivoco. Entonces decidí ser más inteligente y tomar las decisiones correctas.
Comparto una cita de Heathcliff del libro "Cumbres Borrascosas". Supongo que es lo más cercano a cómo me siento ahora y a la decisión que he tomado (espero que se entienda). Aunque considero que Heathcliff es "ligeramente" exagerado en esta cita (yo hablando de exageración, ¡qué barbaridad!).
"Y es ahí donde se puede ver la diferencia entre nuestros sentimientos: si él estuviera en mi lugar y yo en el suyo, aunque le aborreciera con un odio que convirtiera mi vida en hiel, nunca habría levantado la mano contra él. ¡Puedes poner cara de incredulidad si quieres! Yo nunca podría haberle apartado de ella, al menos mientras ella lo hubiera querido así. Mas en el momento en que perdiera su estima ¡le habría arrancado el corazón y me habría bebido su sangre! Sin embargo, hasta entonces, y si no me crees es que no me conoces, hasta entonces ¡preferiría morir con certeza antes que tocarle un solo pelo de la cabeza!"